Margarita García Robayo - El sonido de las olas

El libro se presenta como tres novelas cortas. Al leer las dos primeras desistí de leer la última. 

La primera ya no me acuerdo. Lo digo haciendo alarde de la misma técnica de la escritora y porque, realmente no me marcó. Es una historia sobre una azafata con una relación enfermiza con un pordiosero, ese es el recuerdo. Puede ser diferente, diría ella. 

La segunda historia es sobre una niña y su familia, sobre su padre con poderes sobre naturales, la relación con su madre y hermanas y con un vecino hippie. Es buena, mantiene la tensión y la conexión, pero de un momento a otro empieza la segunda parte del mismo relato y ya no es la misma historia. Se convierte en la narración de una adulta que técnicamente está conectada con la niña anterior. Es como si fuera su memoria, o la de su hermana, o un cuento que se inventó por el simple hecho de escribir algo. La narradora deja ver aspectos de su personalidad y habla sobre el hecho mismo de escribir, su relación con su madre y su padre, alude a su pasado. Diría que tiene algo de autoficción (esta segunda parte, la primera, es un cuento).

Está bien escrito el libro, el lenguaje es burdo y brusco, sobre todo la segunda parte de la segunda historia. Está ambientado en Cartagena, pero personalmente, me suena exageradamente basto. No conozco la autora, pero se me hace demasiado grotesco el lenguaje de la narradora y hago la salvedad que del lugar de donde yo provengo, muy cerquita, manejamos un lenguaje bastante grosero. Entonces, no sé si lo siento como falso ¿?. 

Me gusta como Margarita escribe. Pero creo no llega a puerto. Puede ser si intención muy seguramente, pero estas escrituras modernas donde se escribe porque sí, aún no me acaban de entrar en el entendimiento, a mí me gusta que las historias tengan puntos seguidos, pero también un punto final concluyente, aunque la historia misma quede abierta en suspensivos.

Para las frases que me gustaron ver el reverso del libro físico.





Sobre el libro en su descripción dice:


Margarita García Robayo mira el mundo con despiadada atención pero también con suma naturalidad: nunca está completamente afuera de lo que observa o de lo que nombra, y el ejercicio de mirarse en el espejo no la paraliza, más bien al contrario.Es imposible describir la cruda y cálida irreverencia de su escritura. Sus personajes se parecen entre sí pero tal vez ellos no estarían de acuerdo, porque no quieren parecerse a nadie y a la vez desean fervientemente #en ocasiones a cualquier precio# participar del mundo.

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