Ángel Martin - Por si las voces vuelven


Me encantó locamente el libro de Ángel Martín. Yo jamás me he vuelto loca, verdaderamente loca, pero siempre he creído que dentro de mi cabeza hay algo que en cualquier momento me puede arrojar al abismo de la locura, que dentro de mi sabio juicio hay un desquiciado otro yo que se muere de ganas por salir y estar vivo. 

Punto para los locos.

Lo oí en audiolibros, narrado por el mismo autor, por lo que es una conversación con él. No simplemente se dedica a leer, sino que sabe que está narrándolo, por lo que hace comentarios para el oyente. Trata sobre el episodio de su vida en el que se volvió loco y lo internaron en un hospital psiquiátrico. Cuenta con detalles el universo que se inventó durante su época de locura, habla de sus adicciones, de su pensamiento, de vida, en fin. Muy entretenido y muy bueno por si las voces le vuelven.

Escribir es purificarse y sin duda alguna este libro ha tenido que servirle como ejercicio de entendimiento. Y a mí para asimilar que los recovecos de la mente son tan variados, que por más planicies que tratemos de transitar hay vastas profundidades y lomas bien empinadas. 

Frases

Es como si en medio de una discusión absurda de pareja se te ocurriera decirle a la otra parte: en realidad ya no te quiero. No importa que después pidas disculpas alegando que lo has dicho en mitad de un calentón, el daño ya está hecho. Porque el cerebro no se lo esperaba y ha reaccionado a esas palabras como si realmente fuesen ciertas. Por eso hay millones de parejas que se pasan la vida rompiendo y volviendo, porque llega un punto en que decir algunas cosas deja de doler o impresionar. 

Y por supuesto esas preguntas acerca de tus gustos están bien, pero te tocará hacerte algunas otras que están en capas más profundas, ¿me caen bien mis amigos? ¿Quiero de verdad a mi familia? ¿Me gusta lo que soy? ¿Volveré a sentirme vivo alguna vez? Y entonces cuando empiezas a hacerte preguntas verdaderamente serias, con una intención real de responderlas, sucede algo que te vuela la cabeza.

(…) pero la pérdida de ese perro es la cosa más dolorosa que me ha pasado en la vida. Estoy contando esto cuando ya han pasado varios meses y sigo siendo incapaz de mencionarle o escribir su nombre sin que la vista se me nuble y en mi estómago se forme un nudo que prácticamente me impide respirar. La sensación es literalmente como si me hubiesen arrancado un trozo de alma. Sospecho que echaré de menos a ese bicho eternamente y en el fondo también me tranquiliza saber que eso siempre será así.

Si te apetece tocar fondo también puedes, o sea, lo bonito de la vida es que algunas opciones las tienes siempre disponibles. 

No hace falta tocar fondo para tener el derecho a dedicarle tiempo a encontrar las cosas que son las que de verdad te gustan, no hace falta tocar fondo para jugar a que sea una mariposa blanca el motivo por el que dices sí o no a lo que tú ya sabes (…)







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